El presidente Petro ha manifestado su preocupación por los precios de la energía en la Costa Caribe, pero solo preocupación. No hay una solución a la vista. En las últimas horas expresó que los servicios públicos se deben democratizar, Denunció un oligopolio de seis empresas generadoras en Colombia causantes de los altos precios. Los temas de estos necesariamente deben relacionarse con los niveles de competitividad de la región que son muy preocupantes según estudios dados a conocer recientemente por la Universidad del Rosario y la Cámara de Comercio de Valledupar.  Las facturas ya son impagables, los tenderos y comerciantes en general trabajan para pagarle a Afinia y Aire- no es posible tanta crueldad-. Esto genera, con saldos mortales, enfrentamientos entre los usuarios y las cuadrillas de corte. Al presidente y a los ministros nunca llegan a suspenderle el servicio de energía, entonces no viven el problema en carne propia. No es juego ni exageración. El problema es matemático y eminentemente económico. La producción manufacturera e industrial decrece y por consiguiente se afectan los niveles de empleabilidad.

El dirigente del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo, lo ha advertido, señalando que no es un problema exclusivo de mercado sino un problema del modelo privatizador que está matando a los habitantes de la Costa Caribe Colombiana, entre 2011y 2013 se presentaron 91 muertes por electrocuciones originadas por la ineficiente infraestructura eléctrica. El negocio de los generadores y comercializadores es redondo y seguro, es el único negocio que no tiene riesgos. Hizo famosa la frase un exgobernador del Cesar, quién decía: “sabroso así”, refiriéndose a la comodidad y falta de compromiso de alguien. Las pérdidas originadas por la frágil estructura eléctrica y el robo de energía son trasladadas a las facturas de los usuarios. Es decir, ud está pagando, por un robo que otro cometió

La solución podría estar dada a través del estímulo a la generación de energías limpias, que además de ser amigables con el medio ambiente les bajarían los precios a los usuarios. Para lograrlo el gobierno debería implementar niveles eficientes de política pública para el montaje de paneles solares e infraestructura en general a precios cómodos con criterio de rentabilidad social y no económica. Esa importante y oportuna decisión del presidente Petro hay que apoyarla, y exigirle su materialización. Mientras tanto la Costa Caribe Colombiana sigue sufriendo, disminuyendo su ritmo de crecimiento, acabando con lo poco que queda, mientras tanto el gobierno vocifera, dice, pero no hace.

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