Aunque en orillas diferentes, ambos intentaron gobernar al municipio de Valledupar. Ernesto lo logró con una mayoría indiscutible, Cristian lo secundó y gracias a la reforma de equilibrio de poderes obtuvo una curul en el Concejo. Dos reconocidos ciudadanos constructores de dos incuestionables y excelsas hojas de vida, a pesar de sus relativas juventudes. Al tiempo, y sin cuestionamientos sociales ni judiciales, lograron escalar la cima del reconocimiento político. Los dos han demostrado capacidad de gestión y trabajo. Cristian en el Congreso y Ernesto en Comfacesar, y ahora lo despliega y ejecuta como Alcalde.  Desde esas plataformas le generaron a Valledupar un nuevo y merecido proceso activo de reconversión social, administrativo, financiero y político.

 Hoy la historia, la justicia y la misma adversidad los tiene en lugares inmerecidos. Cristian en un lecho de enfermo, sumándole un fallo emanado, por el Tribunal Administrativo del Cesar, declarando nula su elección como Concejal. Por su parte, Ernesto, se encuentra cumpliendo tres días de arresto por cuenta del incumplimiento a un fallo judicial que lo obliga ejecutar un complicado despojo a cientos de familias que invadieron un predio privado

 Los dos fallos proferidos por la justicia en su contexto jurídico podrían estar libres de cuestionamientos procesales dadas las circunstancias que los motivaron legalmente, pero ambos han golpeado muy sensiblemente a la sociedad vallenata por las circunstancias humanísticas y jurídicas que los rodean.

 Existe una tesis filosófica que establece. “Todo es relativo, nada es absoluto”. Validando el concepto expuesto consideramos que los actores judiciales, sin violar la Ley y la norma, pudieron en ambos casos tener en cuenta otros elementos como factores atenuantes del proceso y considerar el aspecto humanístico, en el caso de Cristian, y los aspectos sociales, sociológicos, orden público y morales, en el caso de Ernesto. Ningún Alcalde del mundo saca a la calle en términos de desalojo a 30 mil personas, sobre todo en un país con tanta hambre, desigualdad y violencia.

Lamentamos, con el corazón vibrante, el crítico estado de salud de Cristian y el desafortunado e inoportuno fallo que le anula su credencial y lo despoja de unos derechos constitucionales en materia de salud y pensión que ahora más que nunca necesita y va a necesitar.

 Tarde o temprano la Corte Constitucional tendrá que modificar la sentencia que no consulta el carácter social y sociológico de la sociedad colombiana y comenzará entonces a darle la razón a Ernesto cuando se reglamente la Ley 2044 del dos mil en lo que tiene que ver con el Saneamiento de Predios Ocupados por Asentamientos Humanos Ilegales

Ernesto y Cristian, hoy atraviesan circunstancias adversas, pero la población vallenata se siente lastimada por la justicia y apoya de manera incondicional, franca y sincera a su Alcalde, y el departamento del Cesar, en pleno apoya y clama por la recuperación de su líder, Cristian.

No se nos olvide. Todo es relativo, nada es absoluto. La justicia hoy se equivocó. Uds pronto estarán con nosotros

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