Empresas nacionales y extranjeras se retiran del territorio Wayu en la Guajira colombiana abandonando proyectos millonarios por la extorsión a que son sometidas por la propia comunidad beneficiada. Múltiples dificultades que comienzan con el filtro extorsivo de las licencias y permisos. Solicitud permanente de dinero, con graves y delicadas amenazas, por parte de la comunidad indígena para permitir el desarrollo de las obras son las causas por las cuales varias empresas se han retirado y otras anuncian su retiro. Veamos el desarrollo: Las siguientes empresas ya han tomado su decisión firme: Celsia, Enel Colombia y EDP Renewables.
Hace 12 años, Empresas Públicas de Medellín (EPM) marcó un hito al poner en operación “Jepirachi”, el primer parque eólico de Colombia. Con la ambición de multiplicar su capacidad, la empresa esperaba construir un megaproyecto en La Guajira.
Sin embargo, el gerente general de EPM, John Maya Salazar, confirmó que la construcción del parque eólico E200 está suspendida en este momento y, por ahora, no hay una fecha clara para su reactivación.
Este parque eólico tiene una capacidad instalada de 200 megavatios, que supera en más de 10 veces la capacidad que tenía “Jepirachi” (19,5 megavatios) desde 2003 cuando comenzó a funcionar.
“Tenemos otro proyecto en La Guajira y aún no hemos tomado la decisión de seguir. Como sabemos, todas las demás empresas que también tenían proyectos eólicos ya se han retirado porque hay muchas dificultades”, comentó el gerente general de EPM.
Según explicó, parte de estas dificultades son técnicas y están relacionadas con la construcción de la línea de transmisión Colectora, que está a cargo del Grupo Energía Bogotá (GEB) y debía entrar en operación en noviembre de 2022.
El impacto generado por la suspensión de estos proyectos implica un compromiso de parte del gobierno nacional articulando con los gobiernos de la guajira un plan efectivo de socialización y concientización hacia estas comunidades para que logren entender el beneficio colectivo para la región y la nación en materia de pago de impuestos y generación de energía.
Una fuente consultada sobre las dificultades denunciadas y que solicitó no revelar su identidad sostuvo que: “Hay que pagarles por todo, por ahincar los postes, por el transporte del agua, por las perforaciones y hasta nos cobran los animales que ellos mismos sacrifican, los consumen y se los tenemos que pagar, argumentando que murieron por el impacto del trabajo nuestro”, así se refirió la fuente