Por: José Castilla Álvarez
Dudas no caben. Abelardo de la Espriella, apodado el “tigre” por su guapeza para defender a su patria le ha notificado a la “jungla” política de colombiana que tiene las garras bien fuertes y afiladas para enfrentarse y vencer sin atenuantes, incluso en primera vuelta, a todos los candidatos que aspiran a la presidencia de la República. Tiene un territorio dominado como “macho alfa” con una geografía electoral espesa, diversa y adaptada a usar el camuflaje que necesita para atacar certeramente y defenderse de los enemigos que ahora lo quieren depredar.
Las campanas las hizo sonar muy altas en el Movistar Arena en Bogotá aglutinando a 16 mil personas en un lleno total que dejó a otras 3 mil personas por fuera, por falta de aforo, y con deseos de escuchar rugir al “tigre”. Otras 110 mil personas en un ambiente mas cómodo, menos intenso y emocionante, lo hicieron conectadas por las redes sociales del candidato. Estos dos eventos se constituyeron en el detonante que prendió las alarmas y ahora todos los candidatos, de izquierda, centro, centro izquierda, centro derecha y la derecha misma, lo consideran el enemigo a derrotar. También propició otro golpe que dio muestras de organización, capacidad, infraestructura, fuerza económica y apoyo ecuánime. Inscribió su candidatura ante la registraduría con cerca de 2 millones 700 mil votos. Este dato matemático no es cualquier cosa. Su fuerza es tan pesada y desbastadora que él mismo, sin buscarlo, ha logrado poner a dos irreconciliables de acuerdo, La izquierda y la derecha.
El candidato de la izquierda sin autoridad moral lo calumnia y lo acusa de hechos inexistentes y le moleta verlo y tener que sentirlo como un profesional del derecho y empresario exitoso. Mientras tanto el candidato Cepeda no tendría nada que mostrar, tanto que llegó a ser candidato por el éxito relativo y efímero que obtuvo cuando la juez Heredia condenó al expresidente Álvaro Uribe. La segunda instancia falló de manera plena a favor de Uribe Vélez, y se le cayó el discurso y la plataforma al candidato del presidente.
Por su parte, decenas de candidatos de la derecha y centro derecha sin opción alguna de triunfo también transitan por el mismo camino, sin creatividad a su favor. También atacan al enemigo a vencer sin fundamentos programáticos, sin contenidos serios. Solo creen que la calumnia es lo único que los puede salvar. De ellos la opinión no conoce propuestas, programas ni compromisos con el país.
Pero a cambio de estos elementos vitales para conquistar votos, el candidato De La Espriella logró conectarse con el país y la respuesta de la nación lo tiene en sitio privilegiado. Ha mostrado una narrativa con un lenguaje claro y adecuado a las expectativas de los colombianos en materia de seguridad democrática, economía, compromiso internacional, confianza inversionista, carácter y cero tolerancias con la criminalidad
En fin, si el “tigre” no comete errores en su cacería electoral por llegar a la presidencia, si no se deja sonsacar, amedrentar y casar la “piedra” por los sabuesos de la infamia, no cabe duda que está llamado a ser el próximo presidente de Colombia porque el país ya le creyó y lo ha digerido con una nutrida ingesta de propuestas creíbles y realizables

