El exgobernador de Magdalena dijo que el escándalo de corrupción de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo “no puede minimizarse”.
“El presidente acogió y crio una banda que no tiene nada que ver con el progresismo”
Este lunes, 22 de diciembre, Caicedo, hoy precandidato a la presidencia, demostró que hay heridas con el jefe de Estado que, difícilmente, se sanarán.
En su red social X, el exmandatario regional no ocultó su molestia con el escándalo de corrupción de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD) que dejó a los exministros del Interior, Luis Fernando Velasco, y el de Hacienda, Ricardo Bonilla, ambos del anillo cercano y de confianza de Petro, privados de la libertad porque, a juicio de la Fiscalía, facilitaron las
coimas de la entidad a algunos congresistas a cambio de votar las reformas estructurales del presidente en el Congreso.
“La medida de aseguramiento contra los exministros Bonilla y Velasco es un hecho grave. Golpea la confianza ciudadana, se suma al escándalo de la UNGRD y confirma una crisis que no puede minimizarse”, dijo.
“La corrupción no es ingenuidad administrativa ni excusa burocrática. Es una traición al mandato popular, más grave aún cuando proviene de un proyecto que prometió cambiar la historia del abuso en el poder”, añadió.
A juicio de Caicedo, la experiencia es clara: “Tolerar o pactar con la politiquería tradicional termina contaminándolo todo, incluso los proyectos que nacen con banderas de cambio”.
Recordó que en Santa Marta —la tierra donde él se mueve políticamente— “exigimos al entonces ministro del Interior Luis Fernando Velasco cumplir con su deber frente al robo electoral cuando Alexander Vega dirigía la Registraduría. No hubo decisión, no hubo controles, hubo silencio. Las omisiones también generan responsabilidades”.
“Esto no lo decimos desde la comodidad de la crítica, sino desde la experiencia de gobierno: hemos cuidado los recursos públicos y enfrentado montajes políticos que incluso nos privaron injustamente de la libertad”, añadió.
Según Caicedo, “sin restauración moral del poder, sin resultados al servicio del pueblo y sin ruptura real con las viejas prácticas, no hay cambio posible. No basta con llegar al poder. Hay que ejercerlo con coherencia y con distancia clara frente a la corrupción, venga de donde venga. Esa es la única manera de honrar al pueblo y construir una transformación verdadera y duradera. Esa es la izquierda que Colombia necesita”.
Este episodio de la UNGRD, afirmó “es el resultado de que el presidente Gustavo Petro haya acogido y criado a una banda que no tiene nada que ver con el progresismo; les dio alas y están enterrando la izquierda en Colombia”.
Carlos Caicedo tiene profundas diferencias con el ministro del Interior, Armando Benedetti, y con el precandidato Roy Barreras, y las ha hecho públicas.
