Con sus decisiones, el jefe del Ministerio Público se ha convertido en una piedra en el zapato para el Gobierno Nacional. En Palacio preocupa la suerte del ministro de Justicia, Eduardo Montealegre. ¿Puede llegar a inhabilitarlo?
Las últimas horas han estado marcadas por la preocupación en Palacio. Allí perciben pasos de animal grande por parte del procurador general de la Nación, Gregorio Eljach, y temen que sus movimientos no sean favorables al presidente Gustavo Petro. Incluso, según confirmaron a CAMBIO varias fuentes de entero crédito, hay inquietud porque estaría ultimando los detalles para inhabilitar al ministro de Justicia, Eduardo Montealegre.
No será una tarea sencilla. Montealegre es considerado uno de los juristas más hábiles y sagaces del país y no está dispuesto a tirar la toalla tan fácilmente. Desde la Procuraduría, por su parte, se acaba de ordenar la apertura de una indagación previa contra el ministro por presunta intromisión indebida en la administración de justicia, vulneración de la autonomía judicial y afectación de garantías fundamentales en el proceso legal en su contra.
El pulso entre ambos tuvo su origen el pasado 7 de octubre, cuando la Procuraduría abrió una investigación disciplinaria contra Montealegre por presunta participación en política. Lo que parecía un trámite rutinario que se disiparía con el tiempo se ha convertido en un enfrentamiento de marca mayor.
Montealegre reaccionó con una denuncia penal ante la Fiscalía contra Eljach por el presunto delito de prevaricato por acción. Afirmó que el procurador estaría actuando en alianza con el abogado y precandidato de derecha Abelardo de la Espriella para “amordazarlo” y silenciar sus opiniones críticas.
Y aseguró que “el señor Eljach probablemente ha cometido un delito de prevaricato” y recordó que hace varios años él mismo lo investigó por “un acto de corrupción cometido en coordinación con el abogado de la mafia Abelardo de la Espriella”.
“Por estas razones formularé denuncia penal por prevaricato contra el señor Eljach. Haber designado a Gregorio Eljach como procurador general de la Nación, es decir, como guardián de la ética pública, es tanto como haber colocado al ratón a cuidar el queso”, señaló. La afirmación.